El primer contenedor para reciclar vidrio en España se colocó en Barcelona en 1982, el amarillo y el azul llegaron hace ya más de 20 años. El último en llegar ha sido el marrón, que todavía no se ha implantado en todo el territorio. A pesar del tiempo que ha pasado, algunas dudas persisten. En este artículo, vamos a tratar algunas de las más frecuentes.
Contenedor verde
Empecemos por el contenedor verde, el de los envases de vidrio, que fue el primero en llegar.
- Lo que sí que va: botellas y tarros de vidrio, tanto de uso alimentario como cosmético. Por ejemplo: tarro de conservas, botellas de vino, botellas de cava, frascos de colonia y productos cosméticos que sean de vidrio. En general, todos los envases de vidrio.
- Atención: hay que quitar tapas y tapones ya sean metálicos o de plástico y tirarlos al contenedor amarillo. Los tapones de corcho se pueden tirar al marrón (o al gris).
- Lo que no va: vasos y vajillas de loza o cristal. El cristal tiene unas características diferentes del vidrio y no se pueden recuperar mezclados. Tampoco tiraremos los espejos ni cristales planos como los de las ventanas. Estos elementos se desechan en el contenedor gris. Y, sobre todo, lo que nunca va al contenedor verde son los fluorescentes y bombillas, pues pueden contener mercurio que es muy contaminante y al romperse dentro del contenedor puede ir a parar al medio ambiente. Lo más conveniente es llevarlos a un punto verde o a los propios puntos de venta.
Una ventaja importante de reciclar el vidrio se puede hacer de forma infinita sin perder sus propiedades.
Contenedor azul
Seguimos ahora con el contenedor azul, el del papel y cartón.
- Lo que sí que va: cajas y hueveras de cartón, periódicos y revistas, cartulinas.
- Atención: si los envases de cartón están manchados de comida o grasa se deben de depositar en el contenedor gris. Por este motivo tampoco tiraremos al azul vasos y platos de papel sucios de grasa o con restos de comida.
- Lo que no va: los briks ya que, aunque parecen de cartón, en su composición hay también plástico y aluminio que requiere un reciclado especial, por lo que van al contenedor amarillo. Además, los restos de alimentos que contienen los briks pueden manchar el resto de papel que hay en el contenedor y empeorar su reciclaje. Las servilletas y rollo de cocina manchados de comida se pueden tirar al contenedor marrón o al gris, si se han usado con productos de limpieza. Los pañales y las cajas de pizza manchadas de grasa, al gris. El papel de las magdalenas, al orgánico.
Contenedor amarillo
Vamos con el contenedor amarillo, quizás el más problemático, el de los envases de plástico, latas y tetrabriks.
- Lo que sí que va: botes y botellas de plástico, latas y briks. Las chapas, tapas y tapones de los tarros y botellas de vidrio. También el papel de aluminio y el film de plástico, las bolsas de plástico, las bandejas de aluminio, aerosoles, espráis, los botes de yogures con sus tapas, las bandejas de porexpan o corcho blanco, los tubos de pasta de dientes, platos y vasos de plástico de un solo uso…
- Atención: no todo lo de plástico puede tirarse aquí. Hay muchos tipos de plástico y la selección manual dificulta y encarece el proceso de reciclaje, con lo que todos salimos perdiendo.
- Lo que no va: juguetes, biberones, chupetes, utensilios de cocina, cubos, pajitas de beber, cepillos de dientes, cubiertos… Aunque sean de plástico, si no se pueden reutilizar, van al contenedor gris.
Contenedor marrón
El contenedor marrón, el de la materia orgánica, es el menos común en nuestros pueblos y ciudades, pero la recogida de la fracción orgánica de forma separada será obligatoria en 2024. ¿Y qué es la materia orgánica? Para decirlo de una forma sencilla: lo que se pudre.
- Lo que sí que va: restos de comida como huesos, espinas, cáscaras de huevo, pieles, semillas… Y también los pequeños restos de las plantas que tenemos en casa.
- Atención: las servilletas y el rollo de cocina manchados de comida o aceite van al contenedor marrón. Van al gris si las hemos usado con productos de limpieza.
- Lo que no va: madera de muebles o cajas, restos de jardinería (por su volumen), polvo de barrer, pelo, toallitas húmedas, algodón, arena de las mascotas, colillas, chicles, pañales, cerámica…
Contenedor gris
Hemos dejado para el final el contenedor gris, el del resto, el de la basura irrecuperable.
- Lo que sí que va: cerámica, arena de mascotas, pañales, juguetes, biberones, chupetes, útiles de cocina, pelo, bastoncillos, polvo de barrer, colillas, vajilla, cajas de plástico o madera… (Y también todo lo que hemos dicho que iba al marrón si todavía no está disponible en nuestro municipio.)
- Atención: condones, compresas, tampones, chicles, toallitas húmedas, algodón, desmaquilladores… nunca se pueden desechar por el inodoro. Incluso las toallitas que los fabricantes dicen que sí, es mejor tirarlas a la basura, pues están generando un grave problema en nuestras depuradoras.
- Lo que no va: todo lo que hemos visto que va a cualquiera de los otros contenedores. Y tampoco elementos contaminantes como los fluorescentes, pilas, baterías, cartuchos de tinta, toners. Los restos aceite de cocina o de motor, pintura, barniz, cosméticos nunca deberían tirarse al contenedor gris ni por el fregadero. Lo ideal es llevar todos estos productos a un punto de recogida específico.
En algunas zonas, hay otros contenedores o sistemas de recogida que se hacen de forma pública o privada: llevar los medicamentos y los envases vacíos al punto SIGRE de las farmacias, es muy importante para evitar la contaminación química que suponen. La ropa y calzado se pueden reciclar en algunas tiendas y en contenedores de ONGs.
Otros deshechos tienen sus protocolos específicos de recogida y no van a ninguno de los contenedores que hemos visto. Así pasa con los escombros, los muebles, los trastos viejos, los restos de jardinería, los aparatos eléctricos y electrónicos.
En fin, que el reciclaje es un tema complejo, pero esperamos haber aclarado algunas de las dudas más frecuentes y seguir aprendiendo con vosotros a cuidar del planeta.